No sé si ustedes se han puesto a pensar que vivimos en el país del $ 1.00 (aunque ya es sólo un decir, pues a veces se necesitan 2 o hasta 5). ¿Por qué? Porque para comenzar un día cualquier tenemos que salí con una buena dotación de morralla en la bolsa. Sales de tu casa y te encuentras a tu vecinito que al ver que llevas las bolsas de la basura en la mano te dice: “¡Sí quiere yo se la tiro!”. Se la das y tiende la mano esperando una moneda. “¿Y para el de la basura?”, te pregunta y ahí va otra moneda. Llegas al metro en la escalera una anciana pide una limosna. Si te compadeces de ella otra moneda. Ya en el vagón: un niño que se arrastra te limpia los zapatos y otra moneda sale de tu bolsillo. Desaparece el niño, llega un campesino que te extiende un papel: pide una moneda más. Luego se suben un par de niños con los rostros pintados y hacen un show bastante bizarro: siguen las monedas. Te bajas, caminas por la calle y mientras esperas que el semáforo cambie para cruzar la avenida un niño te pide para un taco. Entras a tu trabajo y dices: “¡Por fin!”, tocando tu bolsa ya no tan espléndida. Por la tarde, sorpresa, no puedes salir a comer así que la señora del aseo se ofrece ir a comprarte una torta, esperando a su regreso, claro está, una moneda. Y por la noche, subes el puente peatonal y en las escaleras un niño te agarra el brazo y te dice: “¿No me regalas un peso amiga?”.
Si hacemos cuentas: al hijo de tu vecino que te tira la basura le das 5 pesos, para no verte tan tacaño y que no vayan a hablar mal de ti en la calle; para el de la basura le dejas 2 pesos, ellos al final de cuentas ni te conocen porque nunca estás; la mujer de la escalera, 1 peso; al niño que limpia los zapatos, otro peso; al campesino 1 peso más; a los payasitos improvisados 1 peso; para el taco del niño, 1 pesos; a la señora que te hace el favor 5 porque no vaya a ser que después no quiera ir; y al pequeño que hasta “amigo” te dice otro peso. En total 18 pesos. Si multiplicas eso por 5 días son 90 pesos a la semana, por 4 semanas da un total de 360 pesotes al mes.
Como verás, vivir en el país del peso no es nada económico. Y eso si sólo cuentas pesos, se te quieres ver más espléndido el gasto es mayor y si a eso le agregas el “viene viene” y el niño que empaca las cosas en el mercado (cerillo), la propina del restaurante y todas esas demás pequeñeces en las que debemos gastar, verás que por más que trabajemos no nos alcanzaría para pagar a todos aquellos que piden un peso.